domingo, 1 de mayo de 2011

LAS RAZONES DEL INDEPENDIENTE: ENTREVISTA CON CHRISTIAN AGUILERA (PARTE II)

Transcurrido poco más de un mes desde la publicación de la primera parte de la entrevista que me realizó Adrián Sánchez en su magnífico blog esbilla cinematográfica, ahora toca el turno de la segunda y última entrega. En la misma se hace un repaso sobre distintos aspectos de los libros de Milos Forman, Joseph L. Mankiewicz y Neil Young para rematar la faena con una aproximación a El enigma Haldane. Me siento más cómodo como entrevistador que en calidad de entrevistado, pero la verdad es que Adrián tiene una habilidad especial para crear el clima propicio para sentirte cómodo en esta tesitura. Aprovecho el pie de la entrevista con rúbrica sobre El enigma Haldane para anunciar que desde hoy ya está activado el Facebook específico de mi primera novela (Ver enlace izquierda superior del blog) Por consiguiente, invito a todos los seguidores del blog a participar del mismo toda vez que a partir del día 20 de mayo El enigma Haldane se podrá encontrar en un buen número de librerías del estado español y asimismo habrá una plataforma virtual para adquirirlo on line.

Una segunda entrega abierta con el recuerdo, imprevisto, para Sidney Lumet y que se extiende sobre dos nuevas monografías, una sobre el clásico olvidado Milos Forman, uno de los autores capitales del cine de los 70 y primeros 80, otra sobre un autor del contundente prestigio de Joseph L. Mankiewicz y sobre el cual Aguilera arroja una luz, en no pocos aspectos, sorprendente o que al menos sirve para descubrir aspectos en sombra del mismo. Enchufamos luego las guitarras para movernos entre la tormenta y la calma, azotados y mecidos por el descomunal talento de Neil Young. Parada bloguera para descansar un poco y último tercio con esa verdadera vida nueva que es la novelistica con la publicación, ya mismo, de El enigma Haldane. Todos colocados sobre el césped, balón al verde, pitido inicial, saque atrás y a correr. Empieza la segunda parte:

Antes de retomar el hilo de las cosas donde lo habíamos dejado se impone un breve recuerdo para Sidney Lumet, del cual hablamos brevemente en la primera entrega ¿qué impresiones nos puedes dejar sobre él? ¿Crees que se le puede estar sobredimensionando un poco?

Tuve ocasión de entrevistarlo en 1993 para la preparación del libro La generación de la televisión. Por aquel entonces solo Blake Edwards y Woody Allen mantenían un ritmo de producción tan elevado como Sidney Lumet, una media de película por año. Era un hombre de setenta años con aspecto de tener unos cincuenta y pocos. A diferencia de otros directores, la práctica cinematográfica parecía que le rejuvenecía. Solo puedo expresar mi tristeza por la pérdida de una personalidad del mundo del cine al que los intérpretes adoraban. No he leído una sola línea de un actor o actriz que hablara mal de Sidney Lumet. Respecto a si se ha dimensionado o no, ya sabes que en este país pasamos de un extremo al otro con una facilidad pasmosa. Pero, en términos generales, diría que Lumet logró realizar doce, catorce películas de gran nivel, algunas aún por descubrir como Daniel (1983). Cualquier director hoy en día firmaría pasar a la posteridad con un par de grandes películas. Lumet se fue, a mi juicio, a la docena larga. No es mal testamento fílmico.

En la pequeña entrada que hice sobre su fallecimiento hablaba en defensa de su sentido del oficio, que si no está perdido lo parece ¿Hay en el Hollywood actual sitio para los artesanos?

Martin Scorsese ha dicho recientemente que con la muerte de Lumet se puede dar por cerrada una etapa del cine norteamericano. En cierta manera, lo comparto. Lumet se aplicó a la manera de un artesano pero eso no va reñido para que, de tanto en tanto, hiciera las películas que quería, aquellas muy ligadas con su conciencia de hombre de izquierdas, progresista. Digamos que hoy en día más que nunca hay muchos que dirigen, pero pocos directores. Y ser director se llega a través del oficio, a base de equivocarte una y otra vez, de experimentar, de enfrentarte en el plató con intérpretes de distinta clase, de rodar, en definitiva.

Absolutamente de acuerdo con esas apreciaciones. Avancemos hasta tu siguiente libro y nueva editorial, ahora la Cordobesa Berenice en el año 2006 y sobre otro clásico postergado como el checo Milos Forman. ¿Por qué este, no se si olvido o disolución, de un director tan prestigioso? Es un hombre de 79 años, no es tan anciano, un clásico de los 70, ganador de dos Oscar… y parece costarle horrores levantar una película desde hace años. De hecho entre Man on the Moon (que me parece una de sus mejores obras, por cierto) y Los fantasmas de Goya, que debe de hacer fuera de la industria, pasan 7 años y desde esta última ya suman 5 hasta hoy sin mayores noticias.

Hubo varias razones para proponer el libro de Milos Forman a Berenice. Sin duda, es un director que siempre me ha interesado y que vista la ausencia de bibliografía en castellano me lancé a escribir una monografía. Creo que ha habido cierta “pereza” al analizar su obra. Por ejemplo, propuse a la Filmoteca de la Generalitat que coincidiendo con la publicación del libro se hiciera un ciclo y me contestaron que ya habían proyectado algunas de sus películas de la etapa checa y que su etapa norteamericana no les parecía interesante. Me pareció una boutade pero así se las gasta cierta intelectualidad capaz de borrar de un plumazo los aciertos de films de estilos y contextos sociales tan diferentes como Alguien voló sobre el nido del cuco, Amadeus, Man On the Moon o Los fantasmas de Goya. Me acuerdo que para llegar a tiempo de incluir la parte de Los fantasmas de Goya en el libro escribí casi de un tirón quince folios. Es una película de una riqueza extraordinaria, pero fue un fiasco comercial total. Esa es una de las explicaciones, además de la edad de Forman, del porqué ya no ruede.

Después de la experiencia con Valmont, un film a reivindicar, y que personalmente prefiero al de Frears, también pasaron siete años ¿Le hizo pagar Hollywood el fracaso económico de aquel empeño personal en una aplicación práctica de eso de “vales tanto como tú última película”?

No hay comentarios: