miércoles, 8 de julio de 2015

«BREAKING BAD», TEMPORADA 3 y 4 (2010-2011): DESBOCADOS

Conscientes que Walt White (Bryan Cranston) y Jesse Pinkman (Aaron Paul) habían adoptado un elevado protagonismo en las dos primeras temporadas de Breaking Bad, antes de seguir tentando a la suerte los guionistas de la serie adoptaron una táctica fiada a la incorporación de hasta tres personajes a la primera línea del equipo interpretativo. Sería el caso del miembro de la DEA Hank Schrader (Dean Norris), el cuñado de Walt, del abogado Saul Goodman (Bob Odenkirk) y de Gustavo Fring (Giancarlo Esposito) inédito en la temporada 1 y la 2—, el doctor Mabuse de esa organización de narcotraficantes que emplea su negocio del sector de la alimentación bajo la denominación «Los pollos hermanos»— en forma de tapadera. Gus Fring responde al prototipo de hombre de negocios de excelentes modales, de trato exquisito, pero que esconde una realidad siniestra. Su historia personal sufre un giro de 180º cuando el joven del que se ha responsabilizado de su educación y le aúpa al puesto de cocinero de su negocio de fabricación de drogas sintéticas, es asesinado vilmente por parte de un jefe de un cartel mexicano.  Superando incluso las expectativas marcadas tras el visionado de la segunda temporada, la tercera juega sus mejores bazas al armar la serie de distintas líneas narrativas que tensionan el ánimo del espectador, con el recelo que algunas de éstas, tarde o temprano, deberán coincidir para resolver no pocos interrogantes. Sembrada de pistas falsas cara al espectador (la última, la que se localiza en los dos capítulos finales de la cuarta temporada, ambas dirigidas por el propio creador de la serie, Vince Gilligan: el origen del envenenamiento de Brock Cantillo/Ian Posada, el hijo de corta edad de la eventual pareja de Jesse tras la pérdida de Jane Margolis/Krysten Ritter), las temporadas intermedias de Breaking Bad responden, en parte, a estímulos afincados en los conceptos del police procedural donde Hank emerge conforme a una fuerza renovada, un Ave Fénix que logra sortear la muerte de una forma un tanto “milagrosa” y que su rehabilitación física deriva en un reforzamiento de su carácter obstinado y tenaz por seguir determinadas pistas descartadas a priori por los mandamases de la DEA. La parte deductiva gana la partida en el fuero interno de Hank, elevándose uno de los personajes clave en el relato de la temporada 3 y 4, al igual que Gus Fring y Saul Goodman, cuya dosificada presencia en pantalla habla a las claras que los responsables creativos de Breaking Bad sabían que tenían un diamante en bruto por explotar. Así lo entendieron cuando al encarar la recta final de la serie certificarían de la existencia de un primer desarrollo de un spin-off titulado Better Call Saul (2015-16), eslógan de la empresa de asesoramiento legal (sic) que administra, sacándose de la chistera un mar de soluciones cuando sus clientes se encuentran acorralados por el fisco, son objeto de un chantaje o una extorsión, o se desenvuelven en una actividad criminal no declarada. Bajo el paraguas de la empresa de Goodman todo parece indicar que su apellido es un fakeun avispero de clientes colocados contra las cuerdas, precisando una solución de urgencia que, en el caso de Walt, pasa porque desaparezca su familia y él durante una larga temporada, además de solicitar que la DEA proteja las veinticuatro horas del día a Hank. Meditando la solución que mejor sirva a sus intereses y a los de su familia Walt concluye que debe decapitar al máximo dirigente de la organización de la que forma parte. Breaking Bad vuela a gran altura en los postreros capítulos de la cuarta temporada, no por casualidad con Vince Gilligan al mando de las operaciones tras las cámaras. En ese singular encaje de bolillos tras el capítulo donde varios de los jefes de un cartel azteca caen fulminados al ingerir una sustancia tóxica localizada en unas bebidas, Breaking Bad robustece su pronunciamiento de thriller que amaga hacia lo terrorífico cuando Gus Fring visita una residencia de la tercera edad. Allí se desencadena una situación que supuestamente “libera” a Walt y su familia de cualquier peligro. Evidentemente, Walt está lejos de poder respirar con tranquilidad toda vez que al otro lado de la frontera se "cocina" una venganza con tintes sangrientos. En la quinta temporada tendremos la respuesta.